Por eso, surge el concepto de cyberawareness, que se presenta como una herramienta fundamental para que los empleados se conviertan en la primera línea de defensa contra los ciberataques.
Históricamente, la ciberseguridad se ha considerado un campo técnico: firewalls, antivirus, auditorías y cifrado de redes. Aunque estas medidas son esenciales, no son suficientes por sí solas. Una organización que no fomente una cultura de seguridad entre sus empleados siempre estará expuesta a riesgos.
El cyberawareness no sustituye a la ciberseguridad, sino que la complementa. Mientras las herramientas operan en el ámbito técnico, la concienciación se enfoca en el aspecto humano. Así, se crean hábitos y comportamientos que dificultan caer en fraudes digitales o en técnicas de ingeniería social.
Las estadísticas son contundentes: entre el 80% y el 90% de los ataques informáticos se originan por descuidos humanos, generalmente a través de phishing, smishing o vishing. Esto convierte la formación y la sensibilización en una prioridad estratégica para cualquier empresa.
Cómo implantar una cultura de cyberawareness
- Ofrecer formaciones continuas y prácticas, no solo cursos teóricos aislados.
- Realizar simulaciones periódicas de ataques para entrenar la respuesta.
- Crear campañas internas de comunicación con mensajes claros y frecuentes.
- Fomentar el reporte de incidentes sin temor a represalias.
Con estas acciones, las organizaciones pueden reducir incidentes, fortalecer la confianza de clientes y socios, mejorar el cumplimiento normativo y volverse mucho más resistentes ante las ciberamenazas.


